Programa Nacional de Proyectos de Investigación Fundamental

Catalogación y estudio de las traducciones de los franciscanos españoles
Temática traductora / Traducciones litúrgicas y catecismos

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ICONOGRAFÍA INDÍGENA Y CATÓLICA EN LA ORACIÓN “EL CREDO” DEL CATECISMO ATRIBUIDO A FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN

Elena Irene Zamora Ramírez (Universidad de Valladolid)

El descubrimiento de América fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia. Un hecho que modificó todas las impresiones que hasta el momento se tenían del mundo y supuso una gran revolución cultural, religiosa, política y científica.

El choque cultural entre indios y españoles fue muy fuerte. Se trataba de culturas completamente distintas con el agravante añadido de que la española pretendía imponerse a las indígenas. Sin embargo, esta imposición cultural no llegó a producirse completamente sino que se formaron culturas de mestizaje que aunaban ambas culturas. No podemos obviar que hubo muchos cambios en la vida de los indígenas tras la Conquista: se les obligó a dejar su religión, se destruyeron sus templos y en ocasiones sus documentos más preciados... Aún así la conversión al cristianismo, aunque en origen no fue fácil se fue extendiendo.

El mestizaje que caracterizó a los países americanos tras la Conquista también podemos apreciarlo en la religión: los catecismos pictográficos se hicieron respetando las técnicas pictóricas precolombinas, muchos templos se erigieron en el antiguo lugar que ocupaban los teocallis, también se respetaron algunas festividades de los dioses indígenas pero ahora dedicadas a santos. Por lo tanto, no podemos hablar de una imposición cultural absoluta sino de un mestizaje que empezó a incluir todos los ámbitos de la vida de los habitantes del territorio recién conquistado.

La escritura azteca precolombina

No podemos dejar de dedicar un apartado a la escritura azteca, pues fue una de las bases de los catecismos que vamos a analizar.

Los aztecas utilizaban la escritura con varias finalidades: dejar constancia de los acontecimientos ocurridos en un periodo de tiempo o llevar una especie de contabilidad en sus territorios, pero, sobre todo, utilizaban la escritura con fines «religiosos». Tenía carácter recordatorio, pues según iban observando las imágenes iban narrando la historia que había escrita en el lienzo. Se trataba de escritura principalmente pictográfica, es decir, estaba basada en las pinturas de objetos o acciones. Sin embargo, hay ocasiones en las que se combinan signos de diferentes niveles de escritura: glifos pictográficos, ideográficos y fonéticos, aunque predominaban los glifos ideográficos:

Poseían los nahuas ideogramas adecuados para representar conceptos metafísicos tales como el de dios (teotl), simbolizado por un Sol, el movimiento (ollin); el de la vida (yoliliztli), etc. Tenían asimismo símbolos para indicar la noche (yohualli); el día (ilhuitl). La palabra se representaba por una voluta que sale de la boca de quien habla; el canto por volutas floridas. En el mundo azteca, la guerra por el signo del agua y del fuego (atl tlachinolli). Simbolizan también el concepto de realidades físicas como la tierra (tlalli); el cielo (ilhuicat); la idea de algo viejo (zólitic), etc. (León Portilla, 1968:61)1.

Kroeber denominó escritura pictoideográfica a la escritura en la que se combinaban tanto glifos ideográficos como pictográficos. En el caso de los códices mexicas se pueden encontrar un conjunto de expresiones jeroglíficas de carácter silábico típicamente fonéticas. Miguel León Portilla cuenta que hay algunos autores que denominan esto como escritura rebus, consiste en pintar dibujos de objetos cuyos nombres sirven de base para representar sonidos que al unirse forman la palabra deseada. Nos pone el ejemplo de la palabra manómetro que para representarla en escritura rebus sólo haría falta dibujar una mano y un metro. Según Portilla la escritura azteca superó este nivel pues se conoce la existencia de glifos silábicos con forma de prefijos o sufijos y glifos que representan letras. (Alcina, 1992: 65)

Los catecismos pictográficos

Desde los principios del cristianismo se han utilizado imágenes para la divulgación del Evangelio tal y como podemos apreciar en el arte paleocristiano. Estas imágenes, además de una función estética, también tenían una finalidad didáctica: educar a las masas analfabetas en los principios básicos de la religión católica mediante su observación.

Los catecismos pictográficos nacen de una necesidad de comunicación entre culturas que no conocen la lengua del otro. Constituyen un claro ejemplo de traducción implícita, pues se trataba de traducir las palabras, los conceptos, las ideas o las expresiones a imágenes para así poder comunicarse con los nativos. Eran catecismos iconográficos que intentaban expresar con imágenes lo que en ese momento no se podía expresar con palabras.

Además, no se trataba únicamente de traducir las palabras a imágenes, sino que la oralidad también tomaba aquí un papel importante, pues los frailes los utilizaban señalando las imágenes a la vez que recitaban la oración diciendo lo que significaba cada una, al principio lo decían en castellano pero a medida que fueron aprendiendo las lenguas indígenas iban recitándolo en ellas. Justino Cortés ha denominado a este método «Método audiovisual». En total se conoce que existen treinta y cinco catecismos de este tipo que fueron realizados entre los siglos XVI y XVIII.

En cuanto a los colores utilizados para pintarlos, los más comunes, y los que aparecen en la mayoría de los catecismos son: rojo, verde, amarillo, ocre, azul, gris, sepia y rosa. Las materias que utilizaban para obtener colores procedían normalmente de minerales y vegetales aunque también utilizaban colorantes de origen animal.

Asimismo, como nos describe Justino Cortés cada color tenía un simbolismo especial en la mitología y la concepción del mundo que tenían los aztecas. El negro se relacionaba con el norte y con la muerte; el azul con el sur y el jade; el rojo con el este, la luz, la sangre y el fuego; el blanco con el oeste, la finitud y la lejanía y la yuxtaposición del rojo y el negro simbolizaba la sabiduría (Cortés, 1987: 99).

En lo que se refiere al primer fraile en utilizarlos hay autores como León Portilla o Palomera que apuntan que su descubridor fue Jacobo de la Testera (Cortés, 1987:59), se fundamentan en la biografía que aparece de este autor en la Historia Eclesiástica Indiana de Jerónimo de Mendieta:

Venido a esta tierra, como no pudiese tomar tan en breve como él quisiera la lengua de los indios para predicar en ella, no sufriendo su espíritu dilación (como era tan ferviente), dióse a otro modo de predicar por intérprete, trayendo consigo en un lienzo pintados todos los misterios de nuestra santa fe católica, y un indio hábil que en su lengua les declaraba a los demás todo lo que el siervo de Dios decía, con lo cual hizo mucho provecho entre los indios, y también con representaciones, de que mucho usaba. (Mendieta, 1973: 187)

Como apunta Cortés Castellanos, esto únicamente demuestra que Jacobo de la Testera utilizó este método pero no demuestra que fuese el primero en utilizarlo.

De todos modos, este método se puede considerar invención de los frailes franciscanos pero en la medida en que lo utilizaron para evangelizar, pues era un método que ya utilizaban los indios como sistema de enseñanza antes de la llegada de los misioneros.

El valor de la iconografía en los catecismos pictográficos

En el caso del catecismo pictográfico que vamos a analizar, encontramos una mezcla de ambas iconografías; por un lado, tenemos la cristiana que introdujo elementos iconográficos nuevos como la idea de Dios padre, el pecado, el sacerdote, el alma o el infierno y por otro, tenemos la iconografía indígena presente en pictogramas como los que representan el sol, el águila, o las flores y los pájaros que tenían un gran arraigo en la cultura indígena. Hay un elemento de la iconografía cristiana, la cruz, que predomina sobre todos los demás en esta oración: aparece representada en 22 de los 55 pictogramas que lo componen.

Al igual que ocurrió con la iconografía, los religiosos también tuvieron que introducir conceptos nuevos en la cultura de los nativos. Debemos recordar que se trataba de una religión politeísta por lo que el concepto de que existía un solo Dios no era aceptado. El concepto de devoción y santidad era igualmente desconocido para ellos. Tampoco entendían el concepto de pecado como lo entiende el cristianismo. En la cultura nahua los pecados eran las faltas, que en ocasiones eran castigadas muy severamente, pero no tenían la dimensión moral que tiene el pecado para el cristianismo.

El catecismo en pictogramas de Fray Bernardino de Sahagún

La autoría de este catecismo es un asunto algo difícil de desvelar pues las opiniones y los argumentos por los que se le atribuye a Bernardino de Sahagún no siempre son sólidos. Autores como Boturini, Icazbalceta o Cortés (Resines, 1992: 266) atribuyen dicho catecismo con mayor o menor firmeza a Sahagún, aunque los motivos en los que se basan para atribuírselo no son de total fiabilidad. Sin embargo, tampoco existen evidencias por las que sea posible argumentar que esta obra no le pertenece por lo que el asunto está aún sin resolver.

Respecto a su fecha de composición tampoco se tienen datos certeros. Sí que podemos ubicarlo en un periodo de tiempo situado entre la fecha en la que llegó a México, en 1529 y la fecha de su muerte en 1590. Puesto que los catecismos pictográficos fueron uno de los primeros métodos utilizados para evangelizar cuando los frailes aún no habían aprendido las lenguas indígenas podemos datar la fecha de composición de este catecismo en los primeros años tras la llegada de Fray Bernardino a México ya que posteriormente escribió otras obras en las que se apreciaba un amplio conocimiento del náhuatl.

En lo relativo a la descripción física del catecismo me basaré en Resines (Resines, 1992: 260) al haberme sido imposible acceder a un ejemplar original. El catecismo tiene unas dimensiones de 21 cm de alto por 15 de ancho. Las hojas son de papel europeo y están numeradas del 1 al 11, aunque a Resines le consta que originalmente fueron doce, pues el catecismo se compuso doblando y cosiendo seis hojas.

Respecto a su estado de conservación, en general, es bueno, aunque algunas de las hojas aparecen cortadas y desgastadas por los bordes. La calidad del papel ha ido empeorando y las imágenes se transparentan entre el anverso y el reverso de las páginas.

En cuanto a la descripción interior del catecismo el espacio está dividido con nueve líneas lo que deja ocho renglones para dibujar los pictogramas. Estos renglones fueron hechos con anterioridad a la composición de la obra pues en algunas ocasiones quedan vacíos al terminar una oración para que la siguiente empiece en un renglón nuevo. Son muy importantes porque sirven de guía para ayudar a los receptores a seguir el texto cuya dirección de la escritura, de izquierda a derecha, se corresponde con nuestra escritura no con la escritura indígena.

El catecismo es principalmente pictográfico pero también contiene escritura alfabética pues al principio de las oraciones aparece escrito en castellano su nombre.

Las dimensiones de las imágenes son reducidas ya que no había mucho espacio disponible. Por este motivo, los pictogramas que componen este catecismo son de trazos sencillos y no son tan elaborados como los que aparecen en los códices.

El catecismo está pintado al agua con distintos colores: amarillo, verde y rojo. Los colores no fueron utilizados al azar, sino que cada uno lleva detrás una idea, por ejemplo, la figura de Dios siempre aparece de color verde, las coronas siempre son amarillas al igual que algunas figuras como el monstruo de los infiernos. El color amarillo se utilizó igualmente para la representación de los números. El rojo tiene un significado especial en la cultura azteca pues tradicionalmente sólo vestían de este color las personas importantes.

Para realizar el análisis de la oración se ha seguido la guía de un Credo cuya referencia es la que sigue:

ZUMÁRRAGA, Juan de. Doctrina cristiana más cierta y verdadera para gente sin erudición y letras, en que se contiene el catecismo o información para indios con todo lo principal y necesario que el cristiano deue saber obrar. Mexico ¿Juan Cromberger? 1546. (Resines, 1992:451)

Todas las imágenes pertenecientes al catecismo de Bernardino de Sahagún se han extraído de la obra Catecismos americanos del siglo XVI de Luis Resines, que ha sido una de las principales referencias para la realización de este trabajo.

Análisis de la iconografía en la oración “El Credo” del catecismo de Bernardino de Sahagún

Segmento 1

Traducción: Creo en Dios Padre Todopoderoso

Lo primero que observamos es el título de la oración en escritura latina. En los bordes apreciamos dos cenefas que se utilizan como signos de puntuación, tienen la función de separar las diferentes oraciones que incluye este catecismo. Aparece escrito «El credo» y, debajo, a uno y otro lado de un corazón atravesado por dos flechas, se puede leer «San Pedro». A lo largo del catecismo veremos que van apareciendo los nombres de los apóstoles. Esto se debe a que el texto escrito en el que se basó Sahagún para realizar esta obra es el conocido como «Credo de los Apóstoles», que está basado en la fe de los apóstoles.

Pictograma 1: El primer pictograma representa una figura de perfil, con el cuerpo coloreado de rojo. En la mano derecha sostiene un papel con trazos que simbolizan la escritura y una gran cruz. El papel probablemente simbolizaría los mandamientos o la Biblia y la cruz la fe por lo que podemos decir que el autor se ha valido de dos de los grandes símbolos del cristianismo para representar la fe. El significado de este pictograma es «Creo».

Pictograma 2: Se trata de un pictograma doble. A la izquierda vemos una figura en la que no podemos distinguir sus extremidades pues se encuentra cubierta por un hábito. Alrededor de la cabeza aparecen unas líneas que representan una aureola. Su significado sería «Dios». A su derecha encontramos un fraile, que aparece de perfil y señala con un índice desproporcionadamente largo. Esta característica se repetirá a lo largo de todo el catecismo, según Resines tiene una función designativa, pretende llamar la atención del lector sobre un detalle (Resines, 1992: 263). Aparece con la cabeza tonsurada. El hábito no está coloreado porque, en aquella época, todos los hábitos de los franciscanos debían ser de color gris:

Mayor rigidez en el color se observa a partir de la división de la Orden, ocurrida en 1517, sobre todo por el valor simbólico del gris, que recuerda la ceniza y el polvo de que estamos hechos, y la penitencia. El gris fue el color oficial para todos los franciscanos hasta mediados del siglo XVIII. (Gálvez, Fr. Tomás).

En este pictograma podemos apreciar un claro uso de la iconografía típicamente franciscana al representar al religioso con el hábito de la Orden. El significado conjunto de este pictograma sería «Dios Padre». La presencia de un fraile al lado de Dios podría haberse utilizado para transmitir a los indios la idea de «Padre», pues esta era la forma habitual de llamar a los frailes.

Pictograma 3: Vemos tres figuras muy juntas. La de la derecha tiene la mano extendida sosteniendo lo que parece una flor, aunque en lugar de pétalos aparece representada una tau en el interior de un círculo, más adelante veremos que este símbolo representa la Tierra. La tau que aparece en esta ocasión se diferencia ligeramente de la que veremos en el pictograma número 7. La diferencia se encuentra en una pequeña rayita que aparece en la parte superior de la cruz. La forma de esta cruz nos recuerda a la cruz del Cristo de San Damián, uno de los principales iconos franciscanos. La idea que pretenden transmitir las tres figuras es de totalidad, aunque la presencia del símbolo de la Tierra evoca la idea de creador de la Tierra que a su vez nos evoca la idea de poder. En este pictograma también apreciamos un uso de la iconografía franciscana, ya que el símbolo utilizado para representar el concepto de «Tierra» consiste en una tau invertida.



Segmento 2

Traducción: Creador del Cielo y la Tierra

Pictograma 4: Aparecen dos figuras. A la izquierda se aprecia un hombre sentado sobre unas rocas, lleva una corona pintada de amarillo y en las manos sostiene una vara y un niño. Va vestido con una túnica de color rojo y sepia.

El niño que sostiene aparece de perfil aunque su cara mira de frente al lector, también sostiene, con la mano derecha, una vara que casi iguala su tamaño. El significado de este pictograma es «Creador». La imagen de la figura con el niño quizá pretendiese evocar la idea de la creación de un nuevo ser para extrapolarla a la creación del mundo.

Pictograma 5: Aquí vemos por primera vez la figura del monitor (Resines, 1992:296). Aparecerá a lo largo de la oración pero no tiene significado propio, simplemente se utiliza para acompañar y en ocasiones enfatizar otro pictograma. Siempre se encuentra en posición arrodillada. La posición en la que aparece no es casual sino que se trata de una forma de inculcar a los destinatarios del catecismo la postura que hay que adoptar para rezar. El color de su vestimenta va cambiando en el transcurso de la oración, estos cambios no tienen ningún significado, simplemente se realizan para que la oración resulte más atractiva visualmente. En este pictograma el monitor señala el ideograma del Cielo que consiste en una nube con varias cruces en su interior. La presencia de las cruces no es gratuita sino que pretenden transmitir la idea de que sólo van al Cielo las personas que han llevado una vida de fe.

Pictograma 6: Representa la figura del monitor. A su espalda vemos una espiga de gran tamaño que es casi de la altura del pictograma arrodillado. Esta ramita aparecerá a lo largo de la oración en varias ocasiones. La utilización de flores y plantas es otra de las señales que sirven para identificar este catecismo con la cultura indígena. Este pictograma se traduce por «y», siempre que tenga este significado la vestimenta de la imagen será de color verde.

Pictograma 7: En esta ocasión observamos la figura del monitor, arrodillado y señalando un círculo donde aparece una tau invertida de color amarillo. El uso de este color no es casual pues en un gran número de ocasiones se utiliza para resaltar todo lo que es sagrado. Cabe señalar el uso de la tau, signo utilizado por San Francisco.

Segmento 3

Traducción: San Andrés. Creo en Jesucristo, su único hijo.

Lo primero que observamos es la aparición de escritura alfabética. Pudieron existir varias razones para no crear pictogramas referentes a los apóstoles: la dificultad de definir sus principales rasgos en un espacio tan reducido, el afán educativo que tenían los frailes o el etnocentrismo imperante en aquella época que hizo que muchos nombres no se naturalizaran.

Pictograma 8: Su descripción es la misma que dimos en el primer pictograma.

Pictograma 9: Aparece Jesús en la cruz con numerosos restos de sangre. Su vestimenta es de color amarillo, este color se ha empleado en muchos pictogramas para resaltar lo divino. Significa «Jesucristo».

Pictograma 10: Se observa una figura de perfil, con la mano izquierda sostiene un bastón terminado en cruz del que cuelga una pequeña bandera. Lleva una capa de color rojo. Junto a la espalda apreciamos un gran círculo coloreado de amarillo. Los círculos amarillos se utilizan para representar numerales tanto ordinales como cardinales, en este caso, como sólo aparece un círculo se traduciría por «uno o único».

Pictograma 11: Aparece una figura con cuerpo cónico, coloreada de rojo. Que se eligiese este color no es casual pues para los aztecas el rojo tiene un valor simbólico muy elevado ya que sólo vestían de este color las personas que eran importantes o poderosas. Como iremos observando a lo largo de la oración los pictogramas de personas poderosas llevan ropas rojas. De todos modos debemos hacer una excepción con el color del monitor que, como dijimos anteriormente, no es relevante sino que se utilizaron los cambios de color para dar dinamismo. Siguiendo con la descripción del pictograma observamos que se distinguen muy bien sus rasgos faciales, lleva barba, bigote y el pelo largo. Alrededor de la cabeza se aprecian unos semicírculos similares a los que aparecen en el pictograma número 2, se utilizan para representar su divinidad. Este pictograma representa a «Dios». A la derecha aparecen dibujadas tres caras pequeñas que significarían «de todos». Si seguimos la oración que nos sirve de referencia su traducción sería «nuestro señor».

Segmento 4

Traducción: Santiago. Colocado en el Santo Vientre, por el Espíritu Santo.

Pictograma 12: A la izquierda vemos la figura del monitor que señala una media luna que se encuentra al lado del siguiente pictograma. En el pictograma de la derecha podemos ver un rectángulo rodeado de una greca de color amarillo, que indica santidad o divinidad. Los bordes internos están coloreados de rojo que indica poder.

Pictograma 13: Representa una mano, con el antebrazo coloreado de verde. Un dedo índice desproporcionadamente grande señala hacia la derecha. Este pictograma corresponde a la preposición «por». La representación pictográfica de las preposiciones es muy complicada, en la mayoría de los casos se han representado mediante el dibujo de manos.

Pictograma 14: Vemos un águila, de porte muy estilizado y con las alas extendidas. Por encima de la cabeza aparece un óvalo amarillo, que en este caso no tiene carácter numeral sino que representa su carácter divino. Debajo de una de sus patas está dibujada una campana de color verde. La técnica utilizada para pintar el ave recuerda a las antiguas pinturas de los aztecas. La posición del águila también se parece a la que éstas suelen mostrar en los códices, con una pata en el suelo y la otra extendida. Representa al Espíritu Santo. El hecho de que el ave elegida por el tlacuilo fuese un águila tampoco es casual. Se utilizó el águila porque en la historia de los aztecas es un animal muy representativo, pues fue el que les indicó el camino en su migración. El águila se posó cerca de la ciudad de Tenochtitlán y ese fue el motivo por el que fundaron allí su capital. Podemos apreciar la similitud si observamos esta reproducción del Códice Mendoza:

Segmento 5

Traducción: Nacido de mujer, única María, virgen.

Pictograma 15: Representa una figura de perfil, sentada, sus vestimentas son de color sepia y rojo, en la cabeza vemos un nimbo. Sobre sus piernas observamos un bebé desnudo que también presenta un aura amarilla a su alrededor. A espaldas de la figura vemos una espiga.

Pictograma 16: Se observa una figura con forma piramidal. Viste una túnica roja y está cubierta por un manto de color blanco. Su rostro tiene forma redondeada. A la izquierda de este pictograma aparece un pequeño circulito sin colorear. Se trata de un numeral, su significado, según Resines es «única María» (Resines, 1992: 297). En este pictograma vemos que se ha seguido una iconografía típicamente cristiana al representar a la virgen con túnica y manto. También podemos apreciar una de las pocas representaciones femeninas que encontraremos en el catecismo.

Pictograma 17: Representa una figura de perfil, que aparece arrodillada sosteniendo un bastón. En la cabeza lleva una corona amarilla. Su significado, según la oración de referencia sería «virgen».

Segmento 6

Traducción: San Juan. Padeció en el reino de Poncio Pilato

Pictograma 18: Aparece una figura de perfil que sostiene con la mano derecha algo que lleva cargado a su espalda mientras que con la izquierda señala una estrella roja de ocho puntas. Alrededor de su cabeza aparecen dibujadas las líneas que representan divinidad. La carga que transporta a la espalda quizá podría querer dar una impresión de sufrimiento.

Pictograma 19: Aparece una figura de perfil, sentada en un gran trono. Lleva vestimentas de color rojo. El tlacuilo ha utilizado este color para reflejar que la persona que representa el pictograma es alguien poderoso. Su vestimenta también es diferente de la que llevan los otros pictogramas. En el cuello podemos observar un gorjal amarillo. Este tipo de indumentaria se utiliza a lo largo de la oración para representar al «enemigo». Lleva una gran corona en la cabeza. En la mano derecha sostiene una flor que acaba en una tau, símbolo empleado para nombrar la «Tierra». Sin embargo, el símbolo no es totalmente idéntico pues en este caso la tau invertida no está dentro del círculo sino que se sale de él. Este pictograma podría tener varios significados. Podría significar «en la tierra de» pues la figura sostiene el pictograma de la Tierra pero me inclino más a pensar que significa «en el reino de» pues la figura lleva una gran corona y está sentada en un trono, además, el símbolo de la Tierra también puede haberse utilizado para representar el reino.

Pictograma 20: Vemos una imagen de perfil, lleva la misma vestimenta que el pictograma anterior a diferencia de la corona, que se ha sustituido por un sombrero o un casco. En la mano lleva un cetro y al igual que en el pictograma 19 aparece sentado en un trono. En este pictograma también observamos que el tlacuilo decidió representar a «Poncio Pilato» con la misma vestimenta que llevaría un español, lo que denota la asociación español-enemigo en la mente del indígena.

Segmento 7

Traducción: Fue crucificado, muerto y sepultado.

Pictograma 21: Aparece una cruz tumbada hacia la derecha con Cristo crucificado. Lleva todo el cuerpo ensangrentado como simbolizan las manchitas de color rojo.

Pictograma 22: Vemos una figura amortajada, en posición casi tumbada. En el cuerpo se ven numerosos restos de sangre. Observamos una gran aureola amarilla que representa su divinidad. A la altura del pecho aparece una cruz. Significa «muerto».

Pictograma 23: Representa la imagen de una sepultura, está coloreada de rojo, verde y amarillo. Encima de la sepultura aparece el cuerpo de Cristo con la túnica manchada de sangre, la cruz sobre el pecho y una aureola amarilla en la cabeza. Por detrás aparece una ramita. Se traduce por «sepultado». Observamos que la imagen del sepulcro aparece dibujada al estilo de los sepulcros españoles.

Segmento 8

Traducción: Santo Tomás. Descendió a los infiernos, al lugar de los muertos.

Pictograma 24: Aparece un monstruo infernal, de color amarillo, con las fauces abiertas de las que asoman los dientes y la lengua. Por encima aparece el pictograma del Cielo del que desciende una escalera por la que va cayendo cabeza abajo el pictograma que representa a Jesús. En este pictograma observamos otro ejemplo de adaptación cultural pues la representación de este monstruo es parecida a la de un caimán.

Pictograma 25: Vuelve a aparecer el monstruo infernal con las fauces abiertas. Encima vemos a una persona amortajada, similar a la del pictograma 22 pero sin aureola ni manchas de sangre. A la izquierda aparece un gran dedo índice señalando al monstruo. Según Resines significa «lugar de los muertos» (Resines, 1992:299). Se trata de una aclaración pues la mente indígena seguramente no asociaba automáticamente el infierno con el lugar de los muertos. Sahagún nos describe los tres estados que existían para los aztecas después de la muerte: había un «infierno» al que iban todos los que morían de muerte natural, un «paraíso terrenal» al que llegaban los que morían de algunas enfermedades concretas y un «Cielo» al que iban los muertos en combate y los que habían muerto siendo prisioneros. (Sahagún, 1988:219)

Segmento 9

Traducción: Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Pictograma 26: A la izquierda aparece la figura del monitor señalando con el índice el siguiente pictograma. Encima de una mano vemos tres círculos coloreados de amarillo. Se trata de un numeral, significa tres (o tercero). Debajo de la mano se observa un gran sol que está representado siguiendo la iconografía indígena. El significado de este pictograma es «al tercer día». La utilización del sol para representar el «día» pudo ser problemática en este pictograma ya que podría crear confusión con la representación azteca de «Dios» que se realizaba también dibujando un sol.

Pictograma 27: Aparece una figura, de perfil, sentada sobre un montículo dentro del cual se pueden distinguir sus piernas. Alrededor de la cabeza se aprecia una aureola amarilla. Se distinguen con claridad sus rasgos físicos que corresponden con los de la representación de Jesucristo. En la mano derecha sostiene una bandera formada por cuatro espirales. Este pictograma representa que salió de la tierra, de los infiernos, lo que se traduce por «resucitó».

Pictograma 28: Se observa una mano que señala una ramita que está inclinada hacia la derecha. Si comparamos este pictograma con la oración que nos sirve de referencia su significado es «de los» aunque aquí lo traduciremos por «de entre».

Pictograma 29: A la izquierda aparece la figura del monitor con una túnica verde. Señala dos cuerpos amortajados, uno de los cuales lleva una cruz en el pecho. La figura del amortajado es la misma que la que aparece en el pictograma número 25.

Segmento 10

Traducción: Santiago el menor. Subió al Cielo y está sentado a la diestra de Dios padre todopoderoso.

Pictograma 30: En este pictograma vemos una figura con capa roja y aura amarilla en la cabeza, por sus rasgos se distingue claramente que es Jesús. Aparece subiendo por una escalera al final de la que se ve un trozo del pictograma que representa al Cielo.

Pictograma 31: Es muy similar al pictograma número 5. El monitor lleva la misma vestimenta, pero en el pictograma que representa al Cielo, en vez de aparecer cinco cruces aparecen ocho. Esta diferencia puede ser casual pero también podría ser una técnica para resaltar la idea de Cielo como lugar de la divinidad.

Pictograma 32: A la izquierda se observa la figura del monitor que señala una silla en la que aparece sentado alguien con túnica roja. Resaltemos nuevamente el uso del color rojo para expresar poder. No se le ve la cabeza pero aparece con las manos colocadas en actitud de rezar.

Pictograma 33: Representa un dedo índice que señala una mano. Se trata de la mano derecha, está dibujada con gran precisión, resaltan los nudillos y las uñas.

Pictograma 34: Su descripción es la misma que dimos en el pictograma número 2.

Pictograma 35: Su descripción es muy parecida a la que dimos en el pictograma número 3. Se diferencia de éste en que la flor que sostiene la figura del pictograma 3 tiene dos hojas en lugar de la única hoja que tiene la del pictograma 35. En mi opinión esta diferencia es completamente casual y no varía el significado del pictograma que es «todopoderoso».

Segmento 11

Traducción: San Felipe. Descenderá desde el Cielo para juzgar a vivos y muertos.

Pictograma 36: Se observa la figura de Dios con una aureola alrededor de la cabeza. Viste una túnica de color rojo y esta vez sus rasgos son más parecidos a los de Jesucristo. Aparece sentado en una escalera al final de la cual se ve el símbolo del Cielo.

Pictograma 37: Representa un pie desmesuradamente grande. Se diferencian bien todos sus rasgos. Por encima del pie aparece una gran espada en posición horizontal. Prácticamente todo el mango está pintado de amarillo aunque hay una parte que tiene un color verdoso. La parte superior del pie, la que está pegada a la espada, aparece de color rojo, como si ese pie hubiese sido amputado. Significa «juzgar», quizá se utilizó este pictograma tan duro para asustar a los destinatarios del catecismo con el destino terrible que les esperaba si no se convertían. No he encontrado ningún nexo con ninguna de las dos culturas respecto a la representación de un pie como idea de juzgar.

Pictograma 38: El monitor señala a otra figura que aparece de perfil, está andando y lleva un bastón en la mano. Va semidesnudo y tan sólo lleva un pequeño trozo de tela roja en la cintura. En este pictograma vemos que se prefirió representar la indumentaria indígena en lugar de la religiosa o la española. Se traduce por «los vivos».

Pictograma 39: Su descripción es la misma que dimos en el pictograma número 6.

Pictograma 40: Su descripción es la misma que dimos en el pictograma número 29, aunque esta vez ha cambiado el color del monitor a amarillo.

Segmento 12

Traducción: San Bartolomé. Creo en el Espíritu Santo. San Mateo. Y me someto a la Santa Iglesia.

Pictograma 41: Su descripción es la misma que dimos en el primer pictograma.

Pictograma 42: Se trata del águila que representa al «Espíritu Santo». Aparece descrita en el pictograma número 14.

Pictograma 43: Su descripción es la misma que dimos en el pictograma número 6.

Pictograma 44: Se observa la figura de un padre franciscano sentado en un trono. Detrás aparece el monitor señalándole y arrodillada a sus pies hay otra figura en actitud de rezar. Vemos que nuevamente se hace uso de la iconografía franciscana al dibujar al fraile con el hábito franciscano.

Pictograma 45: Aparece una cruz, rodeada de una aureola amarilla. En la parte inferior se observa un dedo que la señala.

Pictograma 46: Representa la puerta de una iglesia, con el dintel coloreado de amarillo. En el centro vemos un pictograma parecido al número 2, que corresponde a la representación de Dios, aunque esta vez únicamente aparece dibujada su cabeza. Seguramente el tlacuilo dibujó la Iglesia como una puerta con una representación de Dios en el centro para dar un contenido metafórico a este pictograma. Se trata de hacer intuir a los indígenas que detrás de esa puerta se encuentra Dios. Otra representación posible, que seguramente en la cultura occidental hubiese sido más fácil de interpretar sería haber dibujado en lugar de una puerta el contorno de una Iglesia o un campanario. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los frailes no siempre contaban con un gran presupuesto por lo que muchas de las iglesias que se construyeron en aquella época eran bastante menos suntuosas que las que existían en España.

Segmento 13

Traducción: La comunión de los Santos. San Simón. El perdón de los pecados.

Pictograma 47: Aparecen tres personas, una de ellas con una aureola dorada alrededor de la cabeza. Los tres se encuentran unidos por una banda. Esta unión pretende dar el sentido de comunión.

Pictograma 48: Vemos tres cruces dispuestas en forma piramidal similares a la que aparecen en el pictograma número 45. Este hecho es muy interesante ya que demuestra que en algunos pictogramas puede existir la variación de número aunque también podría tratarse de una referencia a la Santísima Trinidad. Alrededor de ellas se ve una aureola amarilla que las envuelve. Vemos que se ha utilizado otro símbolo completamente ligado al cristianismo para representar a los Santos.

Pictograma 49: Este pictograma es doble. En el primero aparece un fraile franciscano de perfil en actitud de bendecir igual al descrito en el pictograma número 2. A su lado vemos un demonio con la cara redonda, cuernos y un cuerpo que parece estar enroscado. Se trata de una representación del demonio basada en la iconografía occidental. El significado de este pictograma es «pecado». Probablemente se haya escogido una imagen del demonio para representar los pecados porque según las creencias de la Iglesia es el demonio quien hace pecar. El significado conjunto del pictograma es el «perdón de los pecados».

Segmento 14

Traducción: San Tadeo. La resurrección de la carne.

Pictograma 50: Este pictograma guarda una gran similitud con el pictograma número 27. La idea que pretende representar, la resurrección, es la misma. El único cambio que apreciamos es que la figura que aparece en el pictograma 27 representa a Jesucristo mientras que la del número 50 representa a un personaje anónimo. Esta diferenciación de ambos pictogramas se realizó con la finalidad de no crear confusión entre la resurrección de Cristo y la resurrección de los muertos que proclama la fe católica.

Pictograma 51: Aparece una figura de perfil pero que mira de frente al lector. Lleva un nimbo parecido al del pictograma número 2 aunque se diferencia de éste en que sus rasgos faciales son distintos. Va cargado con una cruz al hombro y a su espalda observamos un círculo rojo. Se trata de una representación de la cara de Dios en un cuerpo de hombre. El significado de este pictograma es «la carne» entendido como el cuerpo.

Segmento 15

Traducción: San Matías. La perdurable vida.

Pictograma 52: Representa una ánfora de color rojo atravesada por una flecha. Su parte central está decorada con dos líneas que se unen en una media luna. A la izquierda de la imagen aparece una ramita. Resines traduce este pictograma como «verdadera» (Resines 1992: 303) sin embargo, si seguimos la oración en la que nos basamos deberíamos traducirlo por «perdurable».

Pictograma 53: Este pictograma guarda una gran similitud con el pictograma número 38. Los rasgos de la figura que aparece de perfil son similares y ambos pictogramas sostienen un bastón en su mano derecha. Se diferencian en sus vestimentas: en el caso del pictograma 38 son rojas y en este son verdes. El pictograma número 53 tiene una gran mano que sobresale a la altura de su cabeza. Si el significado del pictograma número 38 era «los vivos» en el caso de este pictograma creo que se refiere al término abstracto «la vida».

Segmento 16

Traducción: Así se haga. Amén Jesús.

Pictograma 54: En este pictograma aparecen dos imágenes. A la izquierda se observa un armadillo. A su derecha vemos una flor con los pétalos de colores y un gran tallo en el que se apoya el animal. Según Resines este pictograma significa «así se haga» (Resines, 1992: 303).

Pictograma 55: Aparece un S de color verde adornada con círculos amarillos. Está atravesada por una I roja también adornada. Este símbolo significa Jesús. El autor lo representó valiéndose de la primera (I) y la última (S) letra del nombre de Jesús I(ESU)S. (Resines, 1992: 283).

Este pictograma es muy interesante porque vemos que se han introducido signos lingüísticos. Resulta aún más interesante si tenemos en cuenta que Sahagún ya había creado un pictograma que significaba Jesús, sin embargo en esta ocasión ha preferido utilizar la escritura alfabética para representarlo. Este cambio puede deberse al etnocentrismo que llevaba a introducir los nombres en su forma original, sin una naturalización previa.

Al final de la oración aparece una doble banda con una línea zigzagueante en su interior. Este pictograma es muy importante pues es el indicador de fin. Al no poder utilizar los signos de puntuación convencionales este catecismo ha debido crear los suyos propios para introducir los conceptos de silencio y pausa.


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RESINES, Luis: Catecismos americanos del siglo XVI, Junta de Castilla y León, 1992.

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SAHAGÚN, Fray Bernardino de: Historia general de las cosas de Nueva España, Alianza Universidad, Madrid, 1988.

1 Extraído de (Alcina, 1992: 65)

Este trabajo se realiza en el marco del Proyecto FFI2008-00719/FILO, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (2009-2011).

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